IDENTIDAD DOCENTE
IDENTIDAD DOCENTE
Hoy día
pocos contamos con una identidad clara, de que es lo que queremos, será que se
ha perdido la identidad?, por eso surge esta interrogante de la que vamos
hablar la identidad docente, construir identidad docente también implica un compromiso
ético, el de ayudar a los estudiantes a comprenderse a sí mismos y a entender
el mundo que les rodea, recuperar y transmitir el sentido de la sabiduría,
rescatar para nuestros alumnos, de entre la maraña de la ciencia y la cultura,
el sentido de lo fundamental, permitiéndoles entenderse a sí mismos y explicar
el mundo que les rodea, la
construcción de identidad implica también un cambio de mentalidad: construir
una identidad docente pasa por una lectura autocrítica de la práctica
pedagógica, por una reflexión, sistema, permanente y honesta de nuestra labor
en el aula y fuera de ella. Pero este ejercicio de autocrítica, supone la
necesidad de un ejercicio docente con la suficiente libertad para estar en
clase con seguridad en sí mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y
lo que no se puede hacer en una clase, la libertad de decir lo que se piensa,
de ensayar nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y modificar
contenidos.
Esto
implica que los docentes tienen a lo largo de su trayectoria profesional un
conjunto de rasgos propios que los definen, es lo que se conoce como identidad.
Esta, no surge de manera automática, sino que se va construyendo a través de un
proceso complejo, dinámico y sostenido en el tiempo, es decir, se construye
desde el inicio se prolonga durante toda su trayectoria profesional. Así mismo,
los docentes conviven unos con otros lo que implica que ésta se va a presentar
con una parte común a todos los docentes, ya que el concepto de identidad
docente corresponde a un tipo de identidad colectiva que nace por un lado de
una construcción del individuo.
El concepto de cambio social es el elemento central para
entender los problemas de identidad que afectan a los docentes y los desafíos
que éstos tienen que enfrentar. El cambio social ha transformado profundamente
el trabajo de los profesores, su imagen y también la valoración que la sociedad
hace de su tarea. Sobre estos aspectos reflexiona el texto que desarrolla, a
partir de múltiples referencias, conceptos como la construcción de la identidad
profesional, la condición de docente, la vocación del maestro y el conocimiento
experto, su satisfacción e insatisfacción laboral, la falta de valoración
social o la crisis de identidad del docente, entre otros, la reflexión final:
una de las tareas esenciales del momento actual es la superar la crisis de
identidad de maestros y profesores y modificar el imaginario colectivo referido
a esta profesión. La superación de esta situación pasa, conjuntamente, por
devolver la confianza en sí mismos a los maestros, pero también, por mejorar
las condiciones de trabajo y por exigir que los docentes se responsabilicen por
sus resultados.
El maestro, al dar clases, pone en
juego su vida, sus valores y su autoestima. La respuesta de los alumnos a sus
esfuerzos es interpretada y sentida como un refuerzo para su persona, o como
una agresión y un cuestionamiento a lo que lo constituye como tal el maestro
espera una respuesta de convalidación por parte del alumno al esfuerzo que
realiza por enseñar y por ser un buen docente; cuando la respuesta no es la
esperada, presenta sentimientos de frustración, simbolizados como falta de
interés y de respeto por parte de los docentes. Se incluye en la interpretación
el rechazo hacia los valores más sagrado.
En el maestro, al mismo
tiempo que intenta acercarse a la imagen de docente que la sociedad demanda, lo
mismo que la institución en la que labora y los grupos de pares, el yo de la
persona pugna por manifestarse y al mismo tiempo por protegerse para no ser
lastimado, y si bien esto es motivo constante de conflictos internos, también
es motivo de negociación y resignificación. Los maestros construyen un
imaginario ideal de profesor, erigido como autoexigencia. Entre las exigencias
colectivas, que después se vuelven autoexigencias, se encuentran las de ser
nombrados por los alumnos, las de ser bien evaluados, las de ser recordados,
las de trascender. Cuando el maestro tiene algún “problema” con los alumnos
trata de resguardar su integridad como persona, muchas veces desconociendo sus
sentimientos o realizando un esfuerzo sostenido por no ser afectado por la
problemática cotidiana en el salón de clases. La identidad hace referencia a un
sistema de relaciones y de representaciones. Es un intento constante de
mantener el equilibrio, de lograr racionalidad, de dar coherencia, de integrar,
de buscar el consenso con el grupo El docente pugna así, por una parte, por
defender sus decisiones como las más correctas, y, por otra, responder a las
demandas del exterior. Aceptar los errores en la práctica docente aparece
muchas veces en el imaginario como un golpe a la autoestima, y en muchas otras
atenta contra la identidad construida.
Finalmente hay que decir que la
construcción de la identidad docente pasa por poner la mirada también por fuera
del salón de clases. Ello requiere que el docente tenga en cuenta los elementos
contextuales que condicionan su labor educativa. Las influencias del contexto
institucional en el que se sitúa, es decir, la idiosincrasia de cada
organización educativa, la cultura profesional que se vive, la propia
estructura departamental, el estilo comunicativo y relacional que existe, las
normas de cada institución, los valores, los ritos, las tradiciones. Lo
esencial, es tener presente que los docentes están allí para compartir con los
estudiantes los valores y las certezas que la humanidad ha ido recopilando con
el paso del tiempo, y para advertir a las nuevas generaciones del alcance de
los grandes fracasos colectivos. Esa es la tarea con la que el docente ha de
llegar a identificarse la
práctica de reflexión conjunta genera identidad y permite construir una noción
de cuerpo profesional. Para que esto ocurra, es necesario que la reflexión
sobre los saberes y las prácticas docentes, sea sistemática y sea sostenida en
el tiempo. Por esto nos parece que uno de los caminos más prometedores es la el
de comprender desde dentro la vida y el trabajo de los maestros y profesores.
Esto ha llevado a muchos investigadores a indagar en la construcción de
identidad docente a partir de las situaciones de vida cotidiana, de los
discursos, de las percepciones, de los modos de ser. Es así que se han
construido biografías docentes a través de narrativas lo que ha permitido
recuperar las voces de maestros y profesores.
Especialista
José García
Buen Contenido. Gracias
ResponderBorrarBuen Contenido. Gracias
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